Eres liberal y no lo sabes by Beatriz Becerra Basterrechea

autor:Beatriz Becerra Basterrechea [Becerra Basterrechea, Beatriz]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Ciencias sociales
editor: ePubLibre
publicado: 2018-09-01T04:00:00+00:00

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Eres liberal si consideras que la negociación y el consenso posibilitan las reformas

El liberalismo podría ser una utopía, y algunos liberales (del tipo libertario) parecen verlo así. Ven el mundo a través de una teoría completa, con diferentes versiones, que da la respuesta óptima a cada dilema, a cada dificultad, a cada peligro. Siempre que ocurre algo desagradable o realmente catastrófico (salvo que sea de orden natural), el culpable es el Estado por esto o por lo otro. Cuando algunos apuntaron a la desregulación financiera como causa de la crisis de 2008 y del colapso de la deuda soberana posterior, ellos señalaron a los bancos centrales. No digo que no puedan tener razón, que se equivoquen en este problema concreto, pero desde luego no aciertan en todos. A decir verdad, es una posición cómoda: como existe el Estado y como se trata de una realidad enormemente compleja, entreverada con todos los subsistemas sociales, presente en tantas facetas de la vida, siempre se pueden encontrar sus huellas y conjeturar que si no se metiera en esto o en aquello, entonces todo iría bien.

Lo cierto es que nunca ha existido un Estado realmente libertario. No es posible encontrar un ejemplo de total desregulación, de mínima intervención, tal y como parece que ellos desearían. Hay que recurrir a casos particulares, locales, insuficientes. No tenemos, por tanto, datos que nos permitan un análisis empírico. ¿Por qué? ¿Cómo es posible que nunca nadie, en ningún lugar haya optado por ese Estado de mínimos, sutil, ingrávido y gentil, como las pompas de jabón de Machado y Serrat? ¿Es que nadie en la política defiende este modelo o es que se echan atrás cuando llega el momento? ¿De verdad existe tanta presión para mantener con vida al viejo Leviatán de Hobbes? Siempre se puede encontrar la explicación que más nos convenga.

(Un breve inciso: la izquierda, en cambio, sí afirma que existen o han existido casos de desaparición del Estado, infiernos «neoliberales» que han conducido al desastre. Lo cierto es que no es así. Ni los proverbiales mandatos de Thatcher y Reagan condujeron por reacción en ningún lugar al modelo libertario del que aquí estamos hablando. Los gobiernos renunciaron a parte de su poder, pero en modo alguno a todo. La intervención pública pudo ser menor, pero no inexistente, y, opinemos lo que opinemos de sus resultados, en absoluto representaron la realización de una utopía como sí lo fueron los regímenes comunistas para la izquierda.)

Este deseo de desaparición del Estado ha sido siempre minoritario. No cuenta en absoluto con el apoyo de los ciudadanos, ni en Europa ni tampoco en Estados Unidos, aunque allí pueda tener unas raíces más fuertes. Son muchos los españoles que se dicen liberales en las encuestas de opinión. De hecho, suele ser la autodescripción líder por delante de la de progresista, conservador o socialista. Naturalmente, cada cual entiende por liberal lo que buenamente le parece, pero, viendo las preferencias de los ciudadanos respecto a cuestiones políticas y su comportamiento electoral, no parece que encajen como seguidores de la utopía libertaria.

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